David Muñoz tiene 29 años. Hasta el 7 de marzo, cuando un disparo criminal lo dejó al borde de la muerte, su vida estaba cargada de proyectos. Había retomado los estudios, cursaba talleres para aprender nuevos oficios y asistía a los vecinos de Villa Banana, un territorio humilde de la zona oeste de Rosario. Muñoz es integrante de Comunidad Rebelde, una organización política y social que emprendió junto a la gente del barrio una pelea desigual: en 2012, luego de que los vecinos derrumbaran un búnker donde se vendían drogas, instalaron un centro comunitario en la intersección de Felipe Moré y las vías del tren.Los narcos se marcharon. Pero llegaron otros, dispuestos a reinstalar el negocio. Sin importar las consecuencias.
La banda de "Pandu", como se conoce a su líder, apareció en Villa Banana a principios de año. Después de un tiempo de paz volvieron los conflictos cuando el grupo quiso instalar un búnker a metros del centro comunitario.
A Muñoz lo balearon el mismo día en el que Comunidad Rebelde tenía previsto reabrir el lugar en el que asisten y comparten actividades con la gente del barrio. La violencia de los narcos los había obligado a cerrar en febrero.
Muñoz caminaba por una canchita de fútbol cuando aparecieron dos personas en moto y le dispararon. La bala le atravesó el cuello. Desde ese momento pelea por su vida en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).
A la banda narco la señalan no sólo por ese ataque. Los vecinos aseguran que es responsable de la muerte de Javier Barquilla, hermano de otro militante social. La víctima tenía 37 años y se dedicaba a la albañilería. Lo mataron la noche del 3 de febrero pasado.
Barquilla estaba en su casa de Villa Banana y escuchó que su cuñado se peleaba con un grupo de jóvenes -integrantes de la misma banda- que le habían desvalijado la casa. Fue a ayudarlo y minutos después lo asesinaron.
Una joven vecina de la víctima ofreció al día siguiente un testimonio estremecedor a los medios. No sólo señaló a "Pandu" como responsable del crimen. Dijo que aunque los que reclaman "aparecen muertos" se animaba a hablar porque después de matar a Barquilla le apuntaron con un arma de fuego a su hija.
"Lo voy a contar porque casi matan a mi hija de 7 años. Cuando ‘Pandu' se mete a mi casa la nena se asustó y quiso salir a buscar ayuda. Cuando sale, la para en la puerta y le apunta con el arma en el pecho. Yo le pedía por favor que no la mate, que no le tire", relató la mujer. La respuesta del delincuente fue escalofriante: "Te la voy a violar y te la voy a matar".
"Pandu es el traficante del barrio. Quiere manejar todo y yo sé que contando esto me estoy ganando la tumba", describió la mujer.
Los integrantes de Comunidad Rebelde aseguran que la Policía no quiso apuntar el nombre de este hombre cuando presentaron la denuncia en la comisaría por aquel asesinato. Creen que existe complicidad de parte de la Fuerza.
Por el crimen de Barquilla detuvieron a un joven de 18 años al que apodan "Witti". Los vecinos lo señalan como integrante de la banda. La Justicia lo imputó como partícipe del homicidio, aunque determinó que no fue quien empuñó el arma. El brazo ejecutor de ese crimen sería el de "Pandu", un joven oriundo del barrio Las Flores, el mismo territorio en el que creció la banda narco "Los Monos".
Por el ataque a Muñoz, detuvieron a dos "soldaditos", de 18 y 19 años. Hace unas semanas, los amigos y compañeros de militancia de la víctima, junto a los vecinos de Villa Banana, organizaron una marcha para reclamar justicia por los dos casos (ver Dos madres...). Y pidieron amparo para que el centro comunitario siga funcionando.
"Para poder instalarse esta nueva banda se volvió a meter con los vecinos y con nuestra organización. No hay convivencia posible. No se puede convivir pacíficamente con el narcotráfico", explicó a ClarínCarolina Vicente, una joven de de 22 años que integra Comunidad Rebelde. Muñoz sigue luchando para no morir. En Villa Banana la pelea es, simplemente, para intentar vivir en paz.
Nota de Verdad de la Mandarina: No es ninguna novedad que la policía este en connivencia con el NARCO, es así que no queden dudas, pero no solo la policía, también la política y la justicia. Pero esto solo puede acabar cuando los vecinos se armen para defender sus bienes y sus vidas.
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