"Quilmes dice basta". La consigna de la convocatoria era corta, pero contundente. Los vecinos se juntaron ayer en cinco puntos del distrito para hacer oír su reclamo contra la inseguridad, tras una sucesión de robos que, al menos por ahora, parece no tener fin. Las marchas terminaron en las comisarías de la zona, donde hablaron con las autoridades policiales y entregaron un petitorio. Hoy lo llevarán a la Municipalidad.
La gente se congregó, en un principio tímidamente, aunque luego con más entusiasmo, en cinco zonas estratégicas del partido del sur del conurbano bonaerense: en Belgrano y Zapiola, Bernal; en la Catedral de Quilmes; en la Iglesia Nuestra Señora de la Paz, en Barrio Parque Bernal; en el CPC ubicado en Gran Canaria y Entre Ríos; y en la esquina de Jujuy y avenida Calchaquí, Quilmes Oeste.
La de mayor convocatoria fue la de Bernal, donde se juntaron unos 500 vecinos que se movilizaron hasta la comisaría, en 25 de Mayo casi Belgrano. Allí los recibió el jefe de la seccional, Carlos Boil, que acordó hacer reuniones mensuales.
"Estamos cansados de la inseguridad que vivimos, esto no da para más", describió a Clarín una de las organizadoras de la protesta, la analista de sistemas Analía Pauluzzi (38), quien coordina un mapa del delito hecho por vecinos en base a denuncias canalizadas por Facebook, Twitter, correo electrónico y al blog mapadelitoquilmes.wordpress.com.
Pauluzzi explicó que "se toman las denuncias, se chequean y esto se refleja en un mapa de Google". Según contó, sólo el 35 por ciento de los casos se expone en las comisarías de la zona, ya que la gente considera una pérdida de tiempo hacer la denuncia.
Ayer, los jefes policiales les dijeron a los vecinos que la prevención del delito corre por cuenta de los CPC (centros de prevención comunitaria). "Ocurre lo de siempre, se pasan la pelota unos a otros y no llegamos a una solución", se quejó Pauluzzi. Por eso, reclamó "una mesa en la que se sienten todos los actores".
La zona de Quilmes Oeste es una de las más peligrosas, dicen sus habitantes. "Tenemos miedo", aseguran. En algunos barrios han instalado alarmas comunitarias, a un costo cercano a los 800 pesos por familia. Si ven movimientos extraños, tienen diferentes niveles en un control remoto que accionan para que llegue la Policía.
Este año hubo en el distrito al menos dos homicidios en ocasión de robo y numerosos asaltos.
En la carta que entregaron ayer, los vecinos remarcaron: "El desamparo e impotencia llega hasta el último rincón de este barrio. No estamos seguros ni siquiera dentro de nuestras casas y a ninguna hora". Y agregaron que "de más está decir que cuando nos desplazamos caminando lo hacemos con miedo, especialmente los menores y las mujeres".
"Nuestros horarios, actividades y estilo de vida fueron afectados por la inseguridad y el miedo. Los robos a casas, comercios y transeúntes son moneda común de la ciudad, generando angustia y desazón", expresaron.
Según los vecinos, también "la violencia en los delitos se ha incrementado fuertemente, así como el robo a viviendas en cualquier momento, sin importar si estamos o no dentro".
Nota de Verdad de la Mandarina: BASTA YA, acompañamos esa marcha ya es hora de acabar con las mentiras, es hora de poner fin a que pisoteen nuestros derechos. BASTA queremos viviiiirrrrrr......
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