Boca pisó firme en el Sur y se cortó solo arriba
18/09/11 - 20:05
Venció por 2-1 a Lanús con goles
de Viatri y Erviti (había empatado Insaurralde en contra) y quedó como
único líder del Apertura con 17 puntos. El equipo de Falcioni además
acumula 17 partidos invicto. El único escolta es Rafaela con 16.
GENTILEZA: CLARIN
Duelo de titanes. Y de punteros, en el Sur. Lanús y Boca
chocaban por tres puntos que dejarían al ganador en soledad en lo más
alto del Apertura. Un partido cargado de condimentos, con Diego Valeri
de un lado y Juan Román Riquelme del otro, dos de los más talentosos del
fútbol cotidiano. El equipo de Falcioni con un lastre de 16 partidos
sin derrotas, ante el último rival que logró vencerlo (2 a 0, en el
Clausura pasado). Puntos por punta.
Pero no le dio tiempo al partido Boca. Porque a los cinco minutos, tras un tiro de esquina desde la derecha, Lucas Viatri capturó un rebote por el segundo palo, conectó de volea y la pelota se metió contra el palo derecho de Agustín Marchesín. 1 a 0, y Boca hacía fácil lo difícil.
Falcioni tuvo que quemar rápidamente un cambio, porque en la jugada previa al gol, la que derivó en el córner, Cvitanich perdió el gol en el área, bien cerrado por los centrales Izquierdoz y Braghieri. El esfuerzo del delantero le generó un desgarro en el isquiotibial de la pierna izquierda, el mismo que lo tuvo en duda hasta último momento. Pablo Mouche saltó a la cancha.
Rivero por derecha, Erviti y Clemente por izquierda; Somoza en el medio. Boca presionaba y recuperaba la pelota en campo rival. Fue dominador del juego en el primer tiempo. Aunque sufrió con una de Silvio Romero, que definió afuera. Los pases de Riquelme para el pique de Clemente, como dagas al corazón de Lanús. Y Mouche, que le dio movilidad al ataque, y en una apilada descargó para Rivero, que remató desviado. Pero la más clara para Boca llegó sobre el cierre, tras un buen desborde de Mouche que tocó al medio para el gol de Román que no pudo definir por el esfuerzo heroico de Braghieri. Un primer tiempo casi perfecto para Boca.
Y todo lo bueno que había hecho Boca en el primer tiempo, Lanús lo borró de un plumazo en el segundo. Porque al minuto de juego el local alcanzó el empate. Boca salió dormido, y Balbi trepó por el lateral izquierdo y envió un centro rasante al área. Insaurralde se anticipó a Romero, quiso despejar, pero la pelota picó mal, le pegó en la rodilla y se metió en el arco de Orion que esperaba detrás del central para tomar la pelota con sus manos. Un error de esos que hacen oscurecer el cielo.
Los primeros diez minutos fueron puro empuje de Lanús, pero lejos del buen juego que había mostrado ante Argentinos (4-0) y Estudiantes (2-1). Boca se afirmó en sus dos centrales, Schiavi e Insaurralde, impenetrables en el juego aéreo y duros para la marca. Allí hizo base la visita, para acomodarse, para empezar a manejar la pelota (bajo la suela de Román). Para hacerla circular de derecha a izquierda, y viceversa. Para aguantar la tormenta que parecía un aguacero y apenas terminó siendo una llovizna.
Y en el juego de los errores, el que acertó fue Erviti. Roncaglia hizo un lateral desde la derecha. Somoza envió el centro al área. El volante izquierdo de Boca picó al punto del penal y cabeceó el envio, acompañando la trayectoria de la pelota, para meterla al lado del palo derecho de Marchesín. Allí se metió el zurdo, entre Braghieri y Araujo, para convertir su segundo gol en partidos consecutivos y darle otros tres puntos a Boca.
Después, Schurrer quemó las naves con Leandro Díaz, Mauricio Pereyra y Juan Neira. Pero Lanús nunca pudo con un Boca práctico y sencillo, que hacía correr la pelota y trataba de aprovechar la velocidad de Mouche para golpear de contra. Tuvo tres jugadas para liquidar el marcador (Mouche, Viatri y Rivero), pero falló en la definición, y al final terminó sufriendo, como se sufren los partidos que valen campeonatos. Con el 2-1 Boca quedó como único líder con 17 puntos, uno más que Rafaela. Y sumó su 17° partido sin derrotas. Vale ilusionarse.
Pero no le dio tiempo al partido Boca. Porque a los cinco minutos, tras un tiro de esquina desde la derecha, Lucas Viatri capturó un rebote por el segundo palo, conectó de volea y la pelota se metió contra el palo derecho de Agustín Marchesín. 1 a 0, y Boca hacía fácil lo difícil.
Falcioni tuvo que quemar rápidamente un cambio, porque en la jugada previa al gol, la que derivó en el córner, Cvitanich perdió el gol en el área, bien cerrado por los centrales Izquierdoz y Braghieri. El esfuerzo del delantero le generó un desgarro en el isquiotibial de la pierna izquierda, el mismo que lo tuvo en duda hasta último momento. Pablo Mouche saltó a la cancha.
Rivero por derecha, Erviti y Clemente por izquierda; Somoza en el medio. Boca presionaba y recuperaba la pelota en campo rival. Fue dominador del juego en el primer tiempo. Aunque sufrió con una de Silvio Romero, que definió afuera. Los pases de Riquelme para el pique de Clemente, como dagas al corazón de Lanús. Y Mouche, que le dio movilidad al ataque, y en una apilada descargó para Rivero, que remató desviado. Pero la más clara para Boca llegó sobre el cierre, tras un buen desborde de Mouche que tocó al medio para el gol de Román que no pudo definir por el esfuerzo heroico de Braghieri. Un primer tiempo casi perfecto para Boca.
Y todo lo bueno que había hecho Boca en el primer tiempo, Lanús lo borró de un plumazo en el segundo. Porque al minuto de juego el local alcanzó el empate. Boca salió dormido, y Balbi trepó por el lateral izquierdo y envió un centro rasante al área. Insaurralde se anticipó a Romero, quiso despejar, pero la pelota picó mal, le pegó en la rodilla y se metió en el arco de Orion que esperaba detrás del central para tomar la pelota con sus manos. Un error de esos que hacen oscurecer el cielo.
Los primeros diez minutos fueron puro empuje de Lanús, pero lejos del buen juego que había mostrado ante Argentinos (4-0) y Estudiantes (2-1). Boca se afirmó en sus dos centrales, Schiavi e Insaurralde, impenetrables en el juego aéreo y duros para la marca. Allí hizo base la visita, para acomodarse, para empezar a manejar la pelota (bajo la suela de Román). Para hacerla circular de derecha a izquierda, y viceversa. Para aguantar la tormenta que parecía un aguacero y apenas terminó siendo una llovizna.
Y en el juego de los errores, el que acertó fue Erviti. Roncaglia hizo un lateral desde la derecha. Somoza envió el centro al área. El volante izquierdo de Boca picó al punto del penal y cabeceó el envio, acompañando la trayectoria de la pelota, para meterla al lado del palo derecho de Marchesín. Allí se metió el zurdo, entre Braghieri y Araujo, para convertir su segundo gol en partidos consecutivos y darle otros tres puntos a Boca.
Después, Schurrer quemó las naves con Leandro Díaz, Mauricio Pereyra y Juan Neira. Pero Lanús nunca pudo con un Boca práctico y sencillo, que hacía correr la pelota y trataba de aprovechar la velocidad de Mouche para golpear de contra. Tuvo tres jugadas para liquidar el marcador (Mouche, Viatri y Rivero), pero falló en la definición, y al final terminó sufriendo, como se sufren los partidos que valen campeonatos. Con el 2-1 Boca quedó como único líder con 17 puntos, uno más que Rafaela. Y sumó su 17° partido sin derrotas. Vale ilusionarse.
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