"Él tenía respeto por esa barrera; le tenía miedo"
La hermana de Filiberto Gallardo, el colectivero que protagonizó la
tragedia de Flores, recordó que él solía hablar de la barrera en
cuestión.
"Él tenía respeto por esa barrera; le tenía miedo",
remarcó la hermana de Filiberto Gallardo, el chofer del colectivo de la
línea 92 que ayer protagonizó el accidente de Flores. El hombre, de 34
años y padre de dos hijos, murió en el acto al ser embestido por una
formación del Ferrocarril Sarmiento.
"Siempre nos decía que esa barrera era peligrosa", aseguró entre lágrimas su hermana Juana y agregó: "En las imágenes se ve claro que la barrera funcionaba mal. Mi hermano era impecable, tenía un legajo intachable".
Sus compañeros, en tanto, también lamentaron la tragedia y aseguraron que Filiberto era "un pibe fuera de serie". "Lo lloré porque era un buen pibe. Era laburador, responsable, una persona fabulosa", le comentó al diario La Nación Nicolás Pucciarello, también colectivero de la línea 92. "Se dieron todas: no andaba la barrera, que estaba a 45°; el guardabarreras se fue y el tren que venía de Once era rápido y no paraba en la estación", expresó Pucciarello.
Por su parte, Soledad, la esposa de Filiberto, madre de sus hijos Priscila (de 10 años) y Nahuel (de 5 años), contó en declaraciones a los diarios Libre y Muy que su marido siempre le decía que la barrera de Flores "no es joda". "La tenés que respetar", le repetía. Ayer, sin embargo, algo funcionó mal y él nunca regresó a su casa en González Catán.
Ramona, una de sus seis hermanas, contó la tragedia que vivió su familia. "Vimos que había chocado un colectivo de la 92 y enloquecimos. Fuimos a la terminal, a Bomberos y a todos los hospitales. Nadie nos llamó. Nos enteramos por la tele. No quedó otra que ir a la morgue. Ahí lo supimos", relató.
Filiberto había entrado a trabajar a la línea 92 el 18 de octubre de 2005, pero manejaba colectivos desde que tenía 18 años y, según aseguró su hermana Juana, nunca había recibido una infracción.
GENTILEZA: TN
"Siempre nos decía que esa barrera era peligrosa", aseguró entre lágrimas su hermana Juana y agregó: "En las imágenes se ve claro que la barrera funcionaba mal. Mi hermano era impecable, tenía un legajo intachable".
Sus compañeros, en tanto, también lamentaron la tragedia y aseguraron que Filiberto era "un pibe fuera de serie". "Lo lloré porque era un buen pibe. Era laburador, responsable, una persona fabulosa", le comentó al diario La Nación Nicolás Pucciarello, también colectivero de la línea 92. "Se dieron todas: no andaba la barrera, que estaba a 45°; el guardabarreras se fue y el tren que venía de Once era rápido y no paraba en la estación", expresó Pucciarello.
Por su parte, Soledad, la esposa de Filiberto, madre de sus hijos Priscila (de 10 años) y Nahuel (de 5 años), contó en declaraciones a los diarios Libre y Muy que su marido siempre le decía que la barrera de Flores "no es joda". "La tenés que respetar", le repetía. Ayer, sin embargo, algo funcionó mal y él nunca regresó a su casa en González Catán.
Ramona, una de sus seis hermanas, contó la tragedia que vivió su familia. "Vimos que había chocado un colectivo de la 92 y enloquecimos. Fuimos a la terminal, a Bomberos y a todos los hospitales. Nadie nos llamó. Nos enteramos por la tele. No quedó otra que ir a la morgue. Ahí lo supimos", relató.
Filiberto había entrado a trabajar a la línea 92 el 18 de octubre de 2005, pero manejaba colectivos desde que tenía 18 años y, según aseguró su hermana Juana, nunca había recibido una infracción.
GENTILEZA: TN
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