El gran final de El Puntero
Algunas historias se resolvieron, pero la de El Gitano quedó abierta. Se lo
vio sumido en su locura, todavía internado en el psiquiátrico.
gentileza: TN
Fue una de las ficciones del año. Despertó los más variados
sentimientos en sus seguidores y algunos de sus capítulos fueron comentados
durante días. En varias oportunidades, el unitario llegó
a ser el tema más hablado en Twitter.
Hoy llegó al final El Puntero, la miniserie que mostró a Julio Chávez en un gran momento actoral, con un personaje que atrapó, conmovió y también enojó a la audiencia.
En el último capítulo, el Gitano (Chávez) sigue internado en el psiquiátrico. La doctora lo deja hacer salidas diurnas, siempre y cuando se quede tranquilo en su casa. Pero Perotti no puede con su genio y, en medio de la locura en la que está sumergido desde hace un tiempo, insiste en volver al barrio y ponerse a trabajar. A pesar de la resistencia de Clarita (Gabriela Toscano), el Puntero logra su cometido gracias a la ayuda de Lombardo (Rodrigo de la Serna). Pero tanto esfuerzo termina siendo contraproducente, y la salud del Gitano empeora aún más.
El descenlace de la historia de Lombardo y Pochi es feliz. Ella ya superó la muerte de su esposo y está feliz junto a su nuevo amor. Todo se completa con la noticia de la llegada de un bebé.
Mientras tanto, el final de El Gitano es abierto. En una gran escena en la que enfrenta a uno de los médicos, el tema del trabajo, relacionado con la Patria, sale a flote y el protagonista empieza a cantar el Himno nacional. Con una mirada de dolor, intensa, todo pasa por los ojos del personaje. Es la última escena del unitario.
Hoy llegó al final El Puntero, la miniserie que mostró a Julio Chávez en un gran momento actoral, con un personaje que atrapó, conmovió y también enojó a la audiencia.
En el último capítulo, el Gitano (Chávez) sigue internado en el psiquiátrico. La doctora lo deja hacer salidas diurnas, siempre y cuando se quede tranquilo en su casa. Pero Perotti no puede con su genio y, en medio de la locura en la que está sumergido desde hace un tiempo, insiste en volver al barrio y ponerse a trabajar. A pesar de la resistencia de Clarita (Gabriela Toscano), el Puntero logra su cometido gracias a la ayuda de Lombardo (Rodrigo de la Serna). Pero tanto esfuerzo termina siendo contraproducente, y la salud del Gitano empeora aún más.
El descenlace de la historia de Lombardo y Pochi es feliz. Ella ya superó la muerte de su esposo y está feliz junto a su nuevo amor. Todo se completa con la noticia de la llegada de un bebé.
Mientras tanto, el final de El Gitano es abierto. En una gran escena en la que enfrenta a uno de los médicos, el tema del trabajo, relacionado con la Patria, sale a flote y el protagonista empieza a cantar el Himno nacional. Con una mirada de dolor, intensa, todo pasa por los ojos del personaje. Es la última escena del unitario.
gentileza: TN
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