El horror duró cinco años. Hasta que la mayor de las dos nenas abusadas, enterada de la posibilidad de que su mamá recompusiera su relación con su ex pareja, un reconocido ingeniero de Neuquén, explotó y le contó todo a su abuela. Esto permitió descubrir una trama impensada. Ahora, el hombre fue declarado culpable por un tribunal por la violación, durante cinco años, de las dos hermanas. Fue en vano el insólito argumento de la defensa del imputado durante el juicio, respecto de que había cometido los ataques estando sonámbulo. Ahora resta saberse la pena.
La condena podría ir de los 8 a los 40 años de prisión efectiva, pero será dictada en los próximos días en una nueva audiencia. A la primera, el imputado, Guillermo Russo (62), no asistió. Según las fuentes, el hombre está impedido de salir del país. Por orden de la jueza de Garantías Carolina Alvarez, tuvo que entregar su pasaporte. Además, debe reportarse cada semana en la sede del Ministerio Público del partido de San Martín, al norte del Conurbano, donde vive actualmente, para confirmar que no se ha fugado.
El ingeniero agrónomo fue declarado culpable del abuso sexual de las hijas de su ex pareja, que en el momento de la primera violación tenían 9 y 11 años. Los abusos se extendieron durante cinco años, entre 2003 y 2008. Fue el tiempo en que Russo y la mujer mantuvieron una relación sentimental.
En 2009, una de las nenas (ya de 14 años), en medio de un asado familiar y ante la perspectiva de que su madre se arreglara de nuevo con el hombre con el que había cortado, contó su padecimiento a su abuela y confesó que no podía soportarlo más.
Durante el juicio, la defensa aseguró que Russo, de haber cometido los ataques, lo hizo durante sus episodios de sonambulismo. Es decir, que el hombre no era consciente de lo que hacía con su cuerpo. El ingeniero tenía estos lapsus, siempre según el hilo de su defensa, cada vez que la mujer salía a trabajar de noche a una localidad vecina. Así, subía las escaleras que separaban el living de las piezas de las nenas y luego las violaba.
Las explicaciones del acusado, sin embargo, fueron descartadas por un psiquiatra. El profesional indicó que no era posible calificar este tipo de conducta, con el recorrido que hacía y los reiterados abusos, en estado de inconsciencia.
Un perito forense, además, confirmó las declaraciones de las menores que, subrayó, resultaron coherentes en su estructura narrativa y secuencia lógica. El juez Fernando Zvilling, de la Cámara Criminal Segunda de Neuquén, leyó el fallo de culpabilidad en ausencia del acusado.
El tribunal -integrado por Zvilling, Mauricio Zabala y Martín Marcovesky- decidió por unanimidad la culpabilidad de Russo, que permanece en libertad a la espera de que se le dicte la sentencia definitiva.
El ingeniero agrónomo tiene siete hijos y es ampliamente conocido en el Alto Valle de Neuquén y Río Negro, donde ha desarrollado una extensa labor profesional. Fue coordinador del Programa Regional de lucha contra la carpocapsa (polilla del manzano). Hasta su mudanza a la capital neuquina trabajaba en chacras de Allen y como subgerente de una empresa dedicada a pagarles los salarios y seguros de vida a militares, gendarmes y policías federales de la región patagónica. También ha brindado varias charlas sobre fruticultura en Neuquén.
Una vez establecida la culpabilidad del ingeniero, la abuela de las víctimas le rogó al juez que la Justicia actúe con celeridad. "Doctor, temo que se fugue", le dijo. Por su parte, Andrea Lupori, de la Multisectorial Mujeres de Cipolletti, acotó: "Es un peligro para toda la sociedad, niñas y niños que este hombre esté suelto. Tiene todos los recursos para fugarse y nada que perder acá".
La multisectorial viene realizando escraches al ingeniero desde hace tiempo, con afiches en los que se detalla su actividad y muestran su fotografía.
Nota de Verdad de la Mandarina: Esperemos que la Justicia actúe acorde a la situación y dictamine una pena ejemplar para este ANIMAL, y de paso por ahi tenemos suerte y algún preso sonámbulo le haga lo mismo que el le hizo a esas niñas.
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