Claudio Guerrero Flores (38, técnico en aire acondicionados) estaba profundamente dormido en la planta alta de su casa del Barrio San Alberto, de la localidad de Ituzaingó Norte. A su lado descansaba su esposa y, en un cuarto cercano, su hijo de tres años. Eran cerca de las tres de la madrugada de ayer cuando, al escuchar ruidos, el hombre se sobresaltó y bajó al comedor para ver qué ocurría. Entonces se topó con tres ladrones, luchó con ellos y finalmente recibió tres puntazos mortales en el cuello.
Desangrándose,
mientras los ladrones escapaban -aparentemente sin haber llegado a robar nada-,
Guerrero Flores subió las escaleras para alertar a su familia sobre lo que
pasaba. "Mirá lo que me hicieron", le llegó a decir a su esposa,
Valeria Righi (36). Enseguida cayó al piso, inconsciente. Allí murió antes de
que llegaran los médicos para asistirlo.
El crimen ocurrió
en una casa ubicada en la calle Holanda al 2400, entre Rivera y Anchorena.
Fuentes policiales y judiciales informaron a la agencia Télam que todo comenzó
cuando los ladrones ingresaron a la propiedad utilizando un cricket, con el que
violentaron la reja de una ventana que da al frente. Desde allí, accedieron al
hall de entrada. Fue entonces cuando los escuchó la víctima.
Según los voceros,
al revisar la casa en busca de pistas la Policía encontró un punzón casero en
el garaje. Se presume que fue el arma con la que fue asesinado Guerrero Flores.
Los peritos y los
policías de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón
levantaron huellas digitales y otros rastros en la casa. De allí surgieron
pistas de cómo habrían escapado los ladrones.
Un jefe policial
detalló que una de las sillas del comedor de la casa de la víctima fue
encontrada en el patio de una propiedad vecina. Por eso, una de las
posibilidades es que los asaltantes la hayan utilizado para saltar del otro
lado y escapar por allí. "No queda claro por qué apareció en ese lugar.
Otra posibilidad es que alguno de los ladrones la haya tirado ahí durante el
hecho", indicó el vocero.
Los investigadores
creían ayer que los asaltantes finalmente huyeron sin llevarse nada. Pero igual
la principal hipótesis es que se trató de un asalto y la sospecha apunta a que
se trató de un robo al voleo.
El fiscal del caso,
Marcelo Tavolaro, esperaba ayer a que la esposa de la víctima saliera del
estado de shock para intentar determinar si pudo ver a los ladrones y si está
en condiciones de aportar algún tipo de descripción de ellos. Igual, se cree
que ella se encontraba en la planta alta de la casa cuando ocurrió todo.
Durante todo el
día, ayer la Policía recorrió el barrio hablando con los vecinos en busca de
testigos para tratar de identificar a los asaltantes. Es que se sospecha que
estaban a pie, debido a que nadie escuchó ruido de motores. Incluso podrían ser
de la zona.
La causa fue
caratulada en principio como "homicidio en ocasión de robo" por el
fiscal Tavolaro.
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