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viernes, 8 de julio de 2011

CINE.COM: VIGGO MORTENSEN, en Argentina en el RODAJE "TODOS TENEMOS UN PLAN"

Viggo Mortensen: "Filmar acá es volver a mi infancia"

En el rodaje de “Todos tenemos un plan”. La opera prima de Ana Piterbarg marca el debut del actor de “Una historia violenta” en el cine argentino. Cómo es el filme, en boca de la estrella y sus compañeros.
El viaje en auto, por horas, nos aleja cada vez más de la ciudad hasta dejarla muy atrás, un punto distante que la mirada no alcanza a resolver. Luego el bote, avanzando lento por el río hasta llegar a la isla ingrata, desolada. El frío, helado, que lo cubre todo y lo vuelve lúgubre, espectral. Viento y más viento. En el fondo, detrás de unas chozas derruidas y unas carpas a medio armar, en un pequeño espacio abierto entre hojas resecas que lo tapan casi todo, hombres vestidos de blanco de pies a cabeza están agrupados. ¿Sobrevivientes de una plaga? ¿Astronautas? La locación de Todos tenemos un plan tiene algo de ficción. Los pesados cables se entremezclan con la basura del piso y un tronco se quema en un enorme tacho largando humo, chispas y calor. La gente habla poco -parece cansada- y mira al visitante con cierto desdén, como quien observa a un sujeto extraño aproximarse a una secta. Podría ser una escena de La carretera , en la que Viggo Mortensen actuó. O un episodio inédito e invernal de Lost . O un plano no filmado de Stalker , de Tarkovsky.
Los hombres vestidos de blanco no son astronautas, claro. Son el propio Mortensen, Sofía Gala, la directora Ana Piterbarg y parte del equipo técnico que tiene que filmar una complicada escena que involucra el manejo de peligrosas abejas. El asunto no es fácil. Además de la mecánica propia de la escena –que involucra cuestiones narrativas que no conviene adelantar-, hay que lidiar con los caprichos de los insectos y las inclemencias del tiempo. Y por más que haya dos cámaras cubriéndolo todo, hay que repetir una y otra vez la cuestión.
En un alto del rodaje, mientras los elementos se preparan, un Mortensen sin la capucha que cubre su rostro busca con el cronista un lugar cómodo para conversar y elige una choza que funciona como improvisado trailer, posiblemente uno de los más deprimentes de la historia del cine. “Con el frío las abejas no salen, no quieren salir”, dice, explicando una complicación inesperada de la escena mientras se acomoda sobre... algo.
A esta altura no sorprende conversar con Viggo como se lo hace con un vecino y empezar hablando del descenso de River o de los disturbios. Tampoco que tome mate y que su termo tenga el escudo de San Lorenzo. En medio de ese panorama desolador que es esta zona del Dique Luján, su presencia calma y su tono de voz bajo son familiares, apaciguadores.
En el primer filme argentino de su carrera, el actor de Una historia violenta se pone en la piel de dos gemelos, Agustín y Pedro. El primero vive en Buenos Aires y parece llevar una vida normal –aunque algo frustrante-, hasta que se entera de la muerte de su hermano, que vivía en el Tigre, donde ambos crecieron. Agustín va hacia allí y termina tomando la identidad de Pedro, sin saber que estaba envuelto en un mundo criminal y que su vida comenzará a correr peligro.
“Son temas que tienen que ver con las primeras películas que hice con Cronenberg –dice Viggo, refiriéndose a Una historia...
y Promesas del Este , y exceptuando a Un método peligroso , en la que encarna a Sigmund Freud y que tendrá su première mundial en el Festival de cine de Venecia-. La cuestión de la identidad, de cómo nos presentamos frente a nuestra familia y amigos. Aunque sea leve la diferencia, presentás un personaje diferente a cada persona, depende de lo que sientas o quieras. De niño aprendés a hacerlo”.
En tu caso debe ser mucho, ya que está el Viggo argentino, el estadounidense, el danés, la celebridad...
Y sí, cada vez que vuelvo acá pienso en cosas de mi infancia. Ahora que estoy hace un rato largo trabajando con argentinos, de repente veo algo y me acuerdo de maneras de hacer o decir las cosas. Ese es el lado personal que también tiene él al volver al Tigre: revivir eso. Aunque no vas a volver, acordarte.
Que un hermano tenga que hacer del otro es, para un actor, como duplicar su trabajo...

VER NOTA COMPLETA EN: CLARÍN
 
 

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